Los alrededores de Madrid se han convertido, en los últimos tiempos, en un atractivo más de esta ciudad tan enorme y tan abierta a todas las corrientes gastronómicas. ARAVACA no es una excepción. A un tiro de piedra de la gran ciudad, Aravaca es una zona tranquila, de bien comer y de bien vivir, que ha ido creciendo en interés y variedad con la explosión urbanística y demográfica de Valdemarín, asentamiento preferido de los pudientes del lugar. Lo que empezó siendo una apuesta tímida por una restauración de cierto lujo, acorde con el nivel económico de sus habitantes, ha desembocado en la apertura de restaurantes de todo tipo y condición que se han ido consolidando poco a poco. Los fines de semana es tarea imposible encontrar una mesa libre en la mayoría de restaurantes de este Valdemarín floreciente y sabroso. A diario, la cosa cambia, no hay problemas para reservar, salvo en determinados y muy elegidos lugares de culto, y puede que por ese motivo, en un futuro más o menos próximo, algunos de ellos no puedan resistir y la amplísima oferta actual de vaya reduciendo y sólo resistan los mejores. De lo que no hay duda es de que Aravaca en general y Valdemarín en particular son motores imparables de la mejor y más pujante gastronomía madrileña
Precisamente allí, en el corazón de Valdemarín, está BARBILLÓN, anunciado en los papeles como BARBILLÓN OYSTER, aunque allí se pueda comer de todo, y muy bien por cierto. Es un local coqueto, luminoso, con una terraza amplia y hermosa, muy apetecible en cuanto la primavera pide aire libre. Hay un detalle que te atrapa en cuanto entras en Barbillón y es la amabilidad de todo el servicio de maitres y camareros, lo que se agradece en un mundo tan despersonalizado como el que vivimos. Las ostras son las joyas de la casa, en sus distintas variedades, Amelie, Gillaerdeau y las que más me gustan a mí, las gallegas de toda la vida. Están muy sabrosas también las almejas a la sartén. No dejes de probar la ensaladilla, que está entre los mejores manjares de la carta. Me gustaron mucho los chipironcitos con huevo, estaban muy jugosos y apetecibles. Como tributo a la cocina mexicana, preparan unas quesadillas de cochinita pibil que saben a México, creo que es el mejor elogio que se le puede hacer a este plato. Se me hace la boca agua cuando pienso en las pulguitas de calamares, un bocado inigualable de sabor y ternura marinera. Muy bueno el tartar de atún, el taco de buey trinchado, los taquitos de merluza y un sobresaliente “cum laude” para el jamón ibérico que PACO corta y sirve con cariño y siempre con una sonrisa a la entrada del local. Podéis ir a BARBILLÓN de mi parte, preguntad por el gran RUBÉN y seguro que tiene un detalle con vosotros.
BARBILLÓN OYSTER
Avenida Valdemarín, 165-169
28023 – MADRID
Tfno. 910 175 984