La Latina es una de las zonas más castizas y dicharacheras de Madrid. Recorrer este barrio multicolor es el objetivo de miles de personas que, cada fin de semana, abarrotan sus calles con alegría de tapa en tapa, de caña en caña y de vino en vino. Se ha convertido en un clásico y los más castizos ya le han puesto nombre a este ir y venir multitudinario, el Latinazo. Consiste, básicamente, en completar un itinerario que va desde los caracoles de Cascorro hasta los huevos de Lucio, pasando por una interminable lista de establecimientos que han convertido esta zona de Madrid en una exhibición inacabable de sorpresas y sabores. Hay restaurantes y bares que sólo duran un mes, el cambio de nombre es habitual en esta calle. Sólo los buenos permanecen y se mantienen por encima de modas y crisis. Los hay que ya son de visita obligada en cualquier Latinazo que se precie. El Tempranillo, que regentan con cariño de barra y de cocina Deme y Juan, es uno de ellos. Para mí, ya tiene categoría de templo de La Latina.
No hay que romperse mucho la cabeza en El Tempranillo a la hora de pedir. Es, por encima de todo, una buena taberna y, como tal, basa su popularidad en una cocina digna y una buena bodega. Los amantes del buen vino encuentran allí los mejores caldos de España y todos los días eligen un buen vino como vino del día, para servir en copas y para que no tengas que pedir una botella entera. El consejo de Deme, que se ocupa de la barra mientas Juan está en la cocina, es muy importante a la hora de elegir qué beber. En cuanto a la comida, yo me quedo con los embutidos. No es fácil encontrar embutidos buenos en tabernas parecidas, pero aquí todo tiene sello de calidad, desde el lomo hasta el salchichón, pasando por el chorizo o la cecina. El jamón es caso aparte. Lo cuidan al máximo para que esté en su punto de curación y sabor. Hay que pedirlo siempre. Y si te apetecen unas setas, las tienen como plato estrella de la casa y te van a encantar. Los demás platos mantienen la línea digna y recomendable de esta taberna ilustrada, a la que hay que ir con ganas de pasarlo bien comiendo y bebiendo. Nada más y nada menos. Si te apetece, vete de mi parte, aunque de todas maneras te van a tratar muy bien.
EL TEMPRANILLO
Cava Baja, 38
28005 –MADRID
913 641 532